¿Un nuevo despertar de la sociedad civil?

El pasado mes de septiembre los mexicanos hemos demostrado, una vez más, solidaridad ante la emergencia.
La primera vez sucedió hace 32 años tras un sismo de magnitud 8.1, con epicentro en la costa de Guerrero. Las muestras de apoyo y unión ocurrieron a 400 kilómetros, en la Ciudad de México, donde más afectó el temblor.

El colapso de varios edificios con personas al interior provocó que espontáneamente la población trabajara en las acciones de búsqueda y rescate. A los voluntarios que realizaban las labores de rescate se les comenzó a conocer como “topos”, actual organización no gubernamental con gran renombre internacional.

La atención de la emergencia no sólo se concentró en búsqueda y rescate, la ayuda debía cubrir todas las necesidades del momento. La sociedad implementó una inusitada  manifestación de apoyo que incluso empujó la creatividad de las personas. Un claro ejemplo fue embolsar agua para los damnificados debido a que no existía el agua embotellada en esa época. Las acciones coordinadas entre gobierno y ciudadanos durante la emergencia generó un cambio significativo en la esfera pública, al suceso se le designó como "el despertar de la sociedad civil”.

 

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A raíz de lo ocurrido con interés en fomentar la participación ciudadana y de ofrecer canales para su organización se creó en 1988 el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi). Esta asociación civil sin fines de lucro tiene como propósito promover y articular la participación altruista, comprometida y responsable entro los ciudadanos para lograr una sociedad más equitativa solidaria y próspera.1 Entre sus acciones más notables fue el  diseño del programa “Mira por los Demás” que se ocupa de involucrar la actividad voluntaria con las organizaciones de ayuda. Años más tarde se trasformó en el programa “Haces Falta” que funciona como agencia la cual orienta y contacta a personas interesadas en participar como voluntarios de manera estructurada. La estructuración del apoyo desinteresado a través de este tipo de organizaciones formalizó lo que hoy identificamos como voluntariado.

 

El voluntariado

De acuerdo a Butcher, un voluntario es la persona que por elección propia, sin recibir remuneración, aporta tiempo a una actividad fuera del ámbito familiar al servicio de los demás, un beneficio a terceros y a la sociedad en su conjunto.2 Una aclaración relevante es la definición de dos tipos de voluntariado: formal e informal. El primero se constituye por medio de organizaciones y agrupaciones ciudadanas, a nivel nacional e internacional, que incursionan en todas las esferas de la actividad social, desde la cultura y el deporte hasta la asistencia social más elemental. El segundo comprende las actividades espontáneas o individuales de la expresión solidaria3, justo las que se observan inmediatamente después de la tragedia.

Ante un desastre natural se manifiestan ambos modelos de voluntariado. No obstante en México predomina el espontáneo tras cualquier desastre natural. 

 http://www.adn40.mx/programa/red-mx/nota/2016-09-19-15-14/1985--anio-que-sacudio-a-mexico--pero-no-el-unico/ 

Septiembre 2017

El sismo del día 19 convocó inmediatamente a jóvenes y adultos que inundaron las calles en busca de atender labores de rescate, recolección de víveres e incluso organización de información en redes sociales digitales. Nuevamente la sociedad realizó todo tipo actos de solidaridad con el fin de solventar la crisis. El apoyo desmedido de la población aminoró el dolor de la población, ese sentimiento de desolación que dejan las pérdidas.

Por otra parte, la preocupación internacional debido a la situación se transformó en exaltación por la unidad demostrada entre los mexicanos. No es para menos, los primeros días del estado de emergencia la ayuda desbordó y rebasó los límites de organización esperada. Los mismos actos de participación de 1985 se pudieron observar: recolección y transportación de víveres; cadenas humanas para recoger escombro; instalación de refugios; ayuda en albergue y acopios. Aunque el voluntariado espontáneo también predominó, la tecnología, específicamente por el internet, facilitó la comunicación. A su vez creó otras formas más organizadas de ayudar como difusión, organización y verificación de información; comida específica para los damnificados, rescatistas y voluntarios; recolección de ropa; ayuda psicológica, legal y de ingeniería; impartición de talleres lúdicos a niños damnificados; y creación de plataformas digitales para atención a los damnificados de forma específica.

Los días han pasado y la ayuda parece no disminuir entre la población. El debate sobre la resolución de la tragedia versa sobre implementación de medidas eficaces, incluso el consenso entre organizaciones de voluntarios sobre el primer paso a tomar es en concientizar a la población a generar ayuda organizada, crear un Plan Emergente de Voluntariado ante la situación de riesgo que se encuentra nuestro país. Esto evitaría la confusión o la incertidumbre de cómo actuar después de cualquier desastre natural.

 

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Alianza Mexicana de Voluntariado recomienda impartir talleres o cursos para acrecentar la preparación y desarrollar habilidades y competencias ciudadanas ante una situación de riesgo por desastres naturales.4 Por su parte, la Cruz Roja Mexicana propone la creación de Centros Estatales de Voluntariado con el fin de capacitar y fomentar en la comunidad prácticas de primeros auxilios al igual que fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a ello. Otros ya se han dado a la tarea de transmitir su conocimiento, el Centro Nacional de Prevención de Desastres dará cursos gratuitos y en línea a través de la plataforma México. A continuación los enlistamos, las inscripciones están abiertas:

Los desastres y sus efectos psicológicos.
Prevención de riesgos en tu escuela.
Curso Básico de Evaluación de Estructuras.

Sin duda el prepararnos nos hará más fuertes. Si seguimos aprovechando los elementos a nuestro favor como en esta ocasión, el proceso deseable será prevenir y disminuir los riesgos por desastres naturales que atemorizan constantemente al país.

Este septiembre incorporamos una nueva anécdota de valentía y fortaleza a la historia del país. A 32 años, la sociedad mexicana demostró que ese sentimiento e intención de ayudar voluntariamente sigue existiendo. ¿Será nuestro nuevo despertar del siglo XX?

Escrito por Venecia Quiroz y Daniela Solis Molina

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Referencias

1 (s/a). (s/f). ¿Qué es el Cemefi? Centro Mexicano para la Filantropía. Recuperado de: https://www.cemefi.org/archivos/mision.pdf, el 9 de octubre de 2017.

2  Butcher, J. y Verduzco, G. (2016). Acción Voluntaria y voluntariado en México. México: ARIEL. Recuperado de: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/179895/Accion_Voluntaria__y_Voluntariado_en_M_xico.compressed.pd, el 9 de octubre de 2017.

3 Butcher, J. (2008). México Solidario. Participación Ciudadana y Voluntariado. México: Limusa.

4 Guerra, E. (25 de septiembre, 2017). Gracias voluntarias, gracias voluntarios. Expoknews. Recuperado de: https://www.expoknews.com/gracias-voluntarias-gracias-voluntarios/, el 9 de octubre de 2017. 

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  • Última Actualización:Viernes 12 Abril 2024.
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