¿Qué hacemos después del terremoto?

Búsqueda de alternativas 

por el Dr. Gilberto Aranda

Después de los terremotos tal vez ya has tenido muchas conversaciones que iniciaron con un ¿dónde te agarró el temblor? o ¿cómo te fue? pero ahora te invitamos a sintonizarte con diálogos y reflexiones (coloquiales o profesionales) que conduzcan a descubrir alternativas que nos hagan sentir mejor, pensar qué hacer y animarnos a realizarlo.

Por supuesto que platicar puede ser una opción sanadora después de un terremoto, pero no cualquier conversación da lo mismo. Podemos desahogarnos platicando, pero también quedarnos en la anécdota intrascendente, repasar sin ganancia hechos dolorosos o peor aún, sentirnos mal al estarlas reviviendo.

Dicho de otro modo, cuando hemos sido afectados de alguna manera por un desastre, a veces es bueno expresar nuestras emociones, pero hay riegos de retraumatizarnos y empantanarnos; por eso también necesitamos alternativas que vayan más allá de expresar sentimientos dolorosos y que nos permitan contactar nuestras fortalezas personales, incluso los valores que nos sostienen a pesar de todo; identificar nuestras redes de apoyo; pensar con claridad alternativas para enfrentar la dura realidad; y en base a todo esto, tal vez generar además otras emociones desde el valor y la esperanza.

Existe un movimiento “Prácticas narrativas” que ha elaborado propuestas que orientan actividades profesionales en las áreas de educación, acción comunitaria, trabajo social, psicoterapia, entre otras que se originó con los aportes de Epston y White1 a fines del siglo pasado, los cuales a su vez retoman contribuciones de Bruner, de Focault, así como de diversos antropólogos, psicoterapeutas, filósofos y estudiosos del lenguaje contemporáneos. Una posibilidad interesante es que algunas de esas orientaciones también pudieran servirnos en nuestra vida cotidiana, aún sin la intermediación directa de profesionistas y sin el manejo de los sustentos teóricos correspondientes. De ahí el interés de divulgar algunas de estas ideas, en estos días recientes a los grandes movimientos telúricos acaecidos en México.

En la unidad Ajusco de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) colaboro con el Centro Psicopedagógico y Psicoterapéutico de Atención a la Educación (CEPPAED) del Área Académica Diversidad e Interculturalidad. Así que una vez que ocurrió la reapertura de las instalaciones correspondientes, resultaba pertinente ofrecer un servicio a la comunidad universitaria para contribuir a restablecer el bienestar de sus integrantes afligidos por el temblor del 19 de septiembre e inspirado en las prácticas narrativas convoqué a reuniones de apoyo mutuo entre afectados por el sismo. Al momento de escribir esta comunicación, las reuniones se están llevando a cabo, con el nombre “Después del terremoto: alternativas para seguir adelante”, de 12:00 a 14:00 horas durante 4 días; asimismo, por iniciativa de docentes, en el horario de sus clases. Es curioso que la convocatoria para asistir a las reuniones ha tenido poca respuesta, pero trabajando en grupos de asignatura se manifiestan muchos casos de alumnos afectados y se reciben expresiones de aprobación al acudir a trabajar estas cuestiones.

Para trabajar en este contexto preparé un documento con orientaciones generales y una guía de trabajo muy flexible, pues cada plática tiene sus derroteros según múltiples circunstancias. Retomaré adelante varias partes de este escrito distinguiéndolas con letras cursivas. 

Dentro de las orientaciones para participar en estos grupos están las siguientes:

- Busquemos una conversación que en vez de repetir hechos desagradables, nos permita advertir nuestras fortalezas para enfrentarlos, vinculadas a nuestro entorno social.

- Escuchemos con atención lo que nos comparten, buscando lo que nos puede inspirar.

- Nunca digamos a quien nos ha compartido su historia lo que debe hacer ni le demos un diagnóstico de lo que le sucede. Si queremos compartirle una idea que consideramos que puede serle de utilidad, hay que exponerla como algo tentativo que debe sopesar nuestro interlocutor en su situación.

En cuanto a la guía de trabajo, debo notar que se trata de una adaptación de planteamientos y preguntas que me fueron compartidos desinteresadamente por Alfonso Díaz,2 fundador del Colectivo de Prácticas Narrativas en México, los días inmediatos al sismo en cuestión, cuando estábamos en la labor de brindar ayuda a damnificados. Quedo muy agradecido por esta aportación.

Entre algunas de las cosas que son importantes en la perspectiva de las prácticas narrativas está:

a. Rescatar o resaltar las posibilidades de acción que tienen las personas ante los problemas que les afectan; muchas veces han desarrollado competencias en otras situaciones y necesitan tomar conciencia de que pueden movilizarlas para afrontar nuevos retos. En este sentido, las siguientes preguntas de la guía pueden ser de utilidad. Están formuladas en plural, es decir, dirigidas a varias personas, pero también pueden formularse en singular si es necesario:

- ¿Qué saben hacer en situaciones difíciles como la del terremoto y después del mismo?
- ¿Qué es lo que han hecho para protegerse y ayudarse a sí mismos o a otros?
- ¿Qué habilidades han puesto en práctica para hacer esto?
- ¿Qué efectos en lo personal y en lo social ha tenido esto que hicieron?
- ¿De quién y cómo aprendieron a hacer esto?
- ¿Si fueran a llevar estas habilidades al futuro, qué harían?

b. Tener presente un panorama más amplio de la situación o de las sensaciones y sentimientos indeseables, para que así no nos ahoguen los problemas haciéndonos creer que son los únicos que merecen estar en nuestra mente, aun en la perspectiva de buscarles solución, porque justamente ésta se dificulta si sólo los vemos a ellos. En cambio, ver más allá de los problemas reduce su dimensión, nos inspira, nos abre perspectivas. Un cuestionamiento que puede iniciar esta posibilidad es ¿qué es lo que más quieren o valoran y que el terremoto ha dañado o amenazado? Ejemplos de respuesta pueden ser: seguridad, bienestar, tranquilidad, una persona, entre otras.
Hay que continuar interrogando sobre ¿qué sensaciones y/o sentimientos indeseables han quedado en ustedes motivados por el terremoto? En este caso, resultarían contestaciones posibles: dolor, tristeza, miedo, enojo, entre otras. A veces preguntar sobre esto es innecesario porque ya se ha manifestado.
Conviene proseguir enseguida con una secuencia mas o menos como la siguiente, que retoma las respuestas previas (en esta exposición, voy a retomar uno de los ejemplos para cada caso):

- ¿Cómo esa sensación de miedo es testimonio de la seguridad deseada que ha sido dañado o amenazado por el terremoto?
- ¿Me podrías contar momentos en los que eso que la seguridad estuvo presente en su vida?
- ¿Qué requirió de ustedes contribuir a que eso que la seguridad estuviera presente?
- ¿Qué efectos tiene en su vida la seguridad?
- ¿Cómo pueden después del terremoto ayudar o estorbar a que la seguridad siga presente en su vida?

Podrá apreciarse que estas interrogantes también rescatan aspectos del poder que las personas tienen; nadie carece totalmente de poder.

c. Vincular a los individuos con su entorno social, facilitando la acción colectiva, evitando la psicologización de problemas sociales y el aislamiento. El poder personal se nutre con la solidaridad y con los valores personales y colectivos. Con esta mira, las preguntas siguientes pueden ser propicias:

- ¿Qué seres, valores y sentimientos los mueven para luchar contra al daño o secuela indeseable que enfrentan frente al terremoto?
- ¿Quiénes están con ustedes enfrentando conjuntamente el daño o secuela del terremoto?
- ¿Quiénes más podrían estar?
- ¿De quién toman inspiración para luchar contra al daño o secuela indeseable que enfrentan frente al terremoto?
- ¿Qué acciones han tomado y qué intenciones han tenido para vincularse con otros?
- ¿Qué influencia tienen ustedes para sobrepasar al daño o a la secuela que ha dejado al daño o secuela indeseable que enfrentan frente al terremoto?
- ¿Qué consejos podrían dar a quienes enfrentan una situación semejante?

Por supuesto que esa frase de “daño o secuela indeseable ” se puede sustituir y concretizar con algo como tristeza, impotencia, entre otras, según lo manifestado previamente por el o los interrogados. 

d. Fortalecer lo logrado a partir de la conversación reflexiva con testigos o testimonios. Esto lo realza y lo facilita el recordarlo.

Dado que en el contexto de la propuesta de grupos de apoyo mutuo en la UPN no podíamos disponer de mucho tiempo, la actividad vinculada a este aspecto se planteó como algo opcional a realizar posteriormente con las siguientes instrucciones:

- Realiza un dibujo o escrito que exponga o simbolice tus fortalezas y aprendizajes (inclusive las de tus grupos sociales de apoyo) frente a los retos que el terremoto les ha dejado.
- Campártelo platicando con personas que puedan apreciarlo y/o aprender de él (familiares, compañeros, amigos, vecinos, etc.)

Resultado de este tipo de trabajo he obtenido buenos resultados, desde la socialización de una técnica tranquilizante de atención a la respiración, hasta la decisión de solicitar a autoridades y representantes que en la UPN se gestionen más medidas de seguridad en nuestras instalaciones, por ejemplo simulacros que consideren diversas situaciones que no han sido tomadas en cuenta (vg. si se trata de una alarma previa al sismo o se enfrenta ya el movimiento telúrico); se ha despertado la empatía y la solidaridad entre compañeros; se ha transitado de identificarse de una manera limitante a percibirse de una forma admirable frente a la adversidad, por ejemplo, pasando de la auto-percepción de ser portador de miedos y delirios después de sufrir la pérdida de un ser querido, a conectarse con el deseo y el potencial de seguir viviendo, de terminar una carrera, de luchar contra la injusticia, de tener una familia protegida, entre otras.

Los estudiantes que han participado en esta actividad también han contado con esta invitación:

Si consideras importante tener una conversación con Gilberto Aranda sobre la situación que enfrentas ante los retos tras el terremoto o sobre otras cuestiones que requieran orientación psicológica , puedes solicitar una cita desde el 16 de octubre en el CEPPAED cubículo 182 del AA2 (9:30 a 14:45 hrs.)

Termino ahora haciendo extensiva esta misma invitación a todas las alumnas y alumnos de la UPN Ajusco. Las prácticas narrativas que acabamos de ilustrar y otras que no hemos expuesto, pueden ayudarnos a enfrentar mejor muchas situaciones, vinculadas o no al terremoto. Un abrazo fuerte a tod@s!

Referencias

 
1 White, M. y Epston, D. (1993) Medios narrativos para fines terapéuticos. Barcelona: Paidós.

2 Díaz, Alfonso (2017) Algunas ideas para responder en tiempos de crisis desde las Prácticas Narrativas (documento inédito).

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  • Última Actualización:Martes 23 Abril 2024.
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